Será necesario empezar por hacer algunas cuantas
aclaraciones a sus comentarios. Antes
que nada, déjeme felicitarlo por su elocuente discurso referido a las supuestas
calumnias en su contra después de mis quejas públicas. Ahora resulta que usted
es el ofendido. Hasta da la impresión de contener verdades absolutas, una habilidad
propia de los grandes novelistas.
Empezaré hablando de
un humanismo que me incita a creer que cualquier ladrón niega sus robos como
parte de una de sus actitudes naturales. No cabe duda que el dinero corrompe, al grado de hacer tirar por la borda a los
amigos, como al señor Jesús Rito García, antaño amigo y compadre de bodas suyo,
confidente y principal promotor de sus desmanes públicos, a quien ahora califica de mi compinche. No
trate de tergiversar la información. No voy a hablar en contra de sus
argumentos porque no tendría sentido, pero si voy a señalar, para sostener los
míos, de su millonario robo y algunas
extrañísimos cambios en su vida después del famoso Abasto de Letras.
Sería conveniente que explicara, no a mí, sino a la
audiencia, cómo es posible que un reportero del periódico Novicias, (por usar un eufemismo) que es incapaz siquiera de
financiarse una motocicleta de segunda mano (no lo digo yo, lo dijo usted mismo
en uno de sus últimos poemas), esté gozando de unas estrafalarias vacaciones en
Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, lugar de donde procede su última carta. No me diga que lo mandaron a una
corresponsalía, porque todos sabemos que los periódicos locales son incapaces
de soltar un solo peso para brindar información de calidad a sus lectores;
todos sabemos que sus reporteros malpagados
apenas y tienen las prestaciones de ley de las que gozan los profesionales en
otras latitudes, mucho menos le van a dar una cobertura o unas merecidas
vacaciones.
Además su estancia allá coincide, curiosamente, con la
visita de la Reina Beatriz de Holanda, el Príncipe Heredero y la princesa
Máxima (si no me cree consulte las noticias internacionales). Es bien sabido
que estos personajes de la realeza acostumbran reunirse con nuevos magnates del
arte en países exóticos.
Cómo explica también que usted, señor Parra, haya pasado de
rentar un departamensucho en la
Calzada Porfirio Díaz en Oaxaca, a habitar un elegante condominio en la Condesa
en el Distrito Federal del cual se tienen noticias gracias a la visita que le
hizo Antonio Bolaños, famoso guitarrista del desparecido grupo La Ceiba Groove,
antaño ganador de discos de oro y de platino.
Qué extrañas coincidencias ¿no cree? Sólo alguien tan
sofisticado como usted que de la noche a la mañana cambia de país en extrañas
circunstancias y que eleva su nivel de vida repentinamente es capaz de
explicar, con argumentos que seguramente saltan en su defensa, estas pequeñas
incongruencias que hacen que un escritor pobre, que tiene una novela que apenas
y se vende, se haga hasta de amistades internacionales.
Le recuerdo que yo no tengo ninguna relación con la editorial chupafaros, salvo una
publicación que accedí a compartir gratuitamente. Usted me pide pruebas y se
las voy a dar. Publico aquí la foto adulterada de paz en el Abasto de Letras,
misma que fue parte de su plan con el señor Jesús Rito García para el
millonario desfalco y que luce por la también fingida pelea pública en Facebook
con Don Andrés S. Victoria en la escena literaria actual. Todos sabemos que el
señor S. Victoria cobraba jugosas tarifas por brindar un espacio en la desparecida
Comunidad de Palabras y, ahora que todo se ha descubierto, se hace el
desentendido arguyendo que no quiera saber nada de líos. ¡Por favor!, es
conocido por todos que Andrés S. apenas y llegaba a la quincena con sus películas
quemadas en una PC del año de Hernán Cortés, y que el Abasto no fue para él más
que un trampolín para financiar con dinero sucio su primera película, ¿de qué
otra manera un cineasta frustrado con una publicación electrónica gratuita iba
a recaudar fondos? No me extraña que la Comunidad de Palabras, que además tenía
nexos con conocidísima Feria del Libro, fuera un centro de operaciones disfrazado
de altruismo literario.
Sólo falta que usted, mi querido Parra, dé pruebas de su
falta de escrúpulos hablando también en contra de uno más de los miembros de su
gremio, como es el señor S.
Me despido esperando reflexione los últimos acontecimientos
y tenga a bien pensar un poco en su prójimo. ¡Ah! Por sus abogados, no se
preocupe, yo también tengo los míos y será un placer encontrarnos en los
tribunales.
Foto adulterada, que muestra a Paz en el Abasto de Letras, extraída, por medio de mis informantes, del archivo del señor Jesús Rito García.
Foto adulterada, que muestra a Paz en el Abasto de Letras, extraída, por medio de mis informantes, del archivo del señor Jesús Rito García.
Óscar Tanat
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