O.T: Don Magnánimo, sigamos hablando de teatro, apenas se publicó una crítica sobre la obra Ligerezas entre un hombre y una mujer.
M.D: Bueno, ya lo
hemos platicado, en esta ciudad la crítica no es bien recibida, primero porque aún no ha madurado, pero más porque el aludido, si es el caso, inmediatamente se siente vulnerado en el
terreno personal, no toma consciencia de los argumentos, su ego prevalece sobre
su razón y reacciona estomacalmente. Por ejemplo, Tlacatecatl Cabrera, director y joven dramaturgo, hizo pública su apreciación
hacia esa puesta de Silvia Martell, que si bien ostenta errores en el discurso
[de la crítica], detalla elementos específicos de la obra. Yo no conozco el
montaje, no lo he visto, pero puedo opinar sobre el sistema de relaciones que
se establece entre el gremio teatral, como un observador que está ahí y que dice
lo que piensa, no con el afán de destruir, sino con el afán de dialogar, de
construir.
O.T: ¿Cree usted que esa crítica es floja?
M.D: Mira, yo creo
que todo ejercicio de crítica es saludable, sobre todo en un estado en el que
está ausente. La crítica de Tlaca, como sé que le dicen en ese gremio, se
dirige hacia elementos precisos, como el vestuario, la escenografía, la
congruencia, la interpretación. No lo hace magistralmente, pero logra esbozar
puntos esenciales sin adjetivar por adjetivar. De hecho, su texto es valioso en
cuanto también es la apreciación de, además de un teatrista, un fidedigno
espectador. Supongamos que esos hayan sido los argumentos de Fulano Rodriguez
en su casa, con su esposa, no hubiera pasado nada. Rodríguez no se iba a
acercar a decirles a los teatreros qué es lo que pensaba, y si lo hubiera
hecho no hubiera importado mucho, total es Rodríguez, y san se acabó. Tlaca por ser del gremio lo hace público, y
también por ser del gremio recibe un trato distinto, casi se le condena (ríe). Los
teatristas necesitan tomar en cuenta estas apreciaciones, si no navegarán
ciegos en un mundo en el que el espectador es lo que menos les importa.
Cierto que los
argumentos de Tlaca carecen de una buena redacción y de un óptimo manejo del
discurso, le hace falta afinar la pluma, de ahí en fuera no puedo hablar sobre
si sus observaciones son o no precisas. Pero si puedo hablar del
fenómeno generado luego de su publicación. Hubo un lapso interesante de silencio. Luego
respuestas, como aquella que inició con “Palabras sabias de Cervantes a través
de su Quijiote…”, y qué termina por comparar a Tlaca con un individuo
disminuido, semejante a la punta de una pirámide. ¿Yo me pregunto si alguien
que se atreve a opinar, con conocimiento de causa, independientemente de si sus
argumentos chocan o no, es un individuo disminuido?, ¿le conocen algo a Tlaca?
Yo no sé.
La otra respuesta, por parte de otra cuenta de Facebook, habla por sí misma, transcribo aquí parte de
ella de manera textual, porque es la mejor manera de que el lector juzgue.
¡¡Puchika!! El joven director en proceso. Tlacaltecalt
Cabrera. En su crítica le dio hasta con la cubeta a LA CIA. LOLA BRAVO Y SILVIA
MARTELL.
Siempre me he preguntado, si en los últimos tiempos. La
calidad de los productores, dramaturgos, directores, actores, escenógrafos,
iluminadores, vestuaristas y más creativos del teatro Oaxaqueño.
¿¿¿Realmente ha pasado a otro a nivel con gente como
Tlacatecatl Cabrera que son de otro estado y otra ciudad de la República
Mexicana??? ¿¿¿Así como gente de otros países???
Solo tengo en mi memoria a gente como: Alejandro
Bichir, Héctor Azar y Lola Bravo. Quienes transmitieron y dejaron un legado
100% teatral a Oaxaca.
Comprendo que el arte teatral permite intercambios y
combinaciones de conocimientos entre talentos y creativos cuando convergen en
una producción.
Emergen las siguientes preguntas:
¿¿Sera Tlacatecatl Cabrera el santo grial que llego a
Oaxaca para llevar al TEATRO OAXAQUEÑO al siguiente nivel???
¿¿¿Sera Tlacatecatl Cabrera el director en proceso que
innovara la dirección escénica teatral y cinematográfica en Oaxaca???
¿¿¿Sera Tlacatecatl Cabrera el que formara la primera
COMPAÑÍA TEATRAL EN OAXACA???
¿¿¿Sera que se necesita un Tlacatecatl Cabrera en cada
grupo de TEATRO OAXAQUEÑO??
¿¿¿Sera Tlacatecatl Cabrera la verdadera referencia de
la nueva generación de espectadores del TEATRO OAXAQUEÑO???
¿¿¿Sera que Tlacatecatl Cabrera debe ser el CONSULTOR Y
ASESOR con respecto al control de calidad de empresas oaxaqueñas, como Café
Papolina, que están apostando por LOS GRUPOS DE TEATRO OAXAQUEÑO???
La respuesta se
extiende algunas líneas más. Su tono irónico exhibe elementos en los que entra
el juego sucio, se juega con la condición foránea del que critica, se establece
una comparación con figuras de teatro ya consolidadas, lo cual es una regla
básica de la comicidad, y se le atribuyen también, inexplicablemente,
capacidades cinematográficas. Además se le universaliza en distintos contextos
de la realidad teatral oaxaqueña. La
forma en que se usaron los signos de interrogación y las mayúsculas son también
una clara evidencia del tipo de mensaje que se pretende transmitir. Tengo algo de psicólogo, y creo que ese particular uso
de la escritura refleja un estado de ánimo concreto.
En resumen se
agrede al crítico de manera personal y no se hace un análisis sensato de sus
argumentos; ni siquiera se le responden puntos específicos de su texto; evidencia de un gremio que, naturalmente histriónico, tiende más a
sentir que a desestructurar con la
cabeza fría los argumentos ajenos, y luego asimilarlos o desecharlos. Tampoco
quiero que se lo tomen personal, siempre hay excepciones. No pretendo seguir
argumentando el caso, lo que quiero, es exponerlo como ejemplo fiel de porqué
la crítica en el teatro oaxaqueño no florece. Los creadores se hallan a la
defensiva, cualquier comentario les parece un ataque.
O.T: ¿Cree que está sea la razón porque en
Oaxaca no existe la crítica?
M.D: Claro que sí,
nadie quiere recibir los comentarios ácidos del gremio, prefieren sonreírse y “llevársela
tranquila”. Y es una de las razones por la que muchos teatreros no pulen sus
trabajos y se estancan, prefieren el aplauso inmediato. No quiero mencionar más
del asunto. Lo que sí hay que rescatar es que estamos viendo algo que hacía
falta en Oaxaca, que alguien, o álguienes, escribieran abiertamente sus
percepciones sobre el teatro local, de alguna manera, estamos ante el
inicio de una crítica teatral, aún en ciernes, pero con argumentos sustentados
en la observación. Lo importante es que no dejen de hacerlo, ya el tiempo
acomodará las cosas. Muchos tienen miedo de que se les van a cerrar las
puertas, porque lamentablemente mucho apoyos dependen de tu buena relación con
el gremio, y no sólo en el de los teatreros, sino en todos los gremios en
general.
O.T: ¿Y la descalificación?
M.D: Eso es algo
que se acostumbra en Oaxaca cuándo dices cosas incómodas, yo por mi parte, no
me enojo. Qué vengan los tomatazos (ríe).
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Magnánimo
Depronto, es el pseudónimo de Alberto Salazar, San Pedro Amuzgos, Oaxaca
(1953). Ensayista y teórico del arte. Sus manuscritos aún inéditos saldrán a la
luz pública en el libro, La olla depresión, aportes para entender lo inasible.
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