La ley SOPA y el posc

El poscorrientismo retoma de todo y de todos, es quizá similar al proceso de divulgación de la información y del pastiche que se quiere criminalizar en la red. La era digital exige a la red como su máxima herramienta de choque.

Los poderosos temen que la difusión libre de las ideas algún día nos alcance a todos, temen  por el control que solían ejercer en la televisión y los medios tradicionales, temen que seamos capaces de seguir nuestros propios ideales porque internet tiene una nutrida  base de datos, internet es la nueva puerta al conocimiento,  el conocimiento que es el arma para una rebelión en contra de un capitalismo que monopoliza la vida.

Los emporios de la música, de los libros, de la comunicación, ya no pertenecen a las grandes industrias. El arte nos alcanza desde épocas lejanas y desde el espacio. El concepto de propiedad privada en internet adquiere un rostro que se difumina, las producciones humanas son producciones para todos.  Los grandes empresarios tiemblan, tienen miedo a perder la mitad de sus fortunas, pese a que con tan sólo una parte de todo su dinero podrían alimentar a poblaciones enteras. Los grandes empresarios tiemblan, su afán ilimitado de enriquecerse está siendo amenazado.

Los líderes ideológicos de la derecha tiemblan, temen que internet sea capaz de abrirle los ojos a la gente, temen que el conocimiento genere rebeliones, temen que los principios de la ilustración se masifiquen y surja la rebeldía.

Internet, la nueva semilla del orden mundial, se sale de control y, al igual que en épocas añejas en las que surgió el estado y la propiedad privada sobre una realidad material, se pretende reproducir el modelo sobre un mundo virtual en el que circulan las ideas. Se pretende pues monopolizar el conocimiento, lo único inmaterial que nos queda como sociedad de pobres, la única entrada para pensar la realidad, reflexionarla y modificarla.