La ciudad duerme, s u s o j o s inorbitadosunenel resquicio de esos gremios saturados de ego; en medio de la infame turba de masturbas aves, el shock, la poscorriente, arrastra el desdén de los ingenuos. Es tiempo de la guerra con la paz, es tiempo de reivindicación. Las artes, serán el verbo a con-jugar, las gotas de sangre convertidas en signos, asesinarán la calma que reina en el disturbio. Es hora de revivir a los muertos.
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